La Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana –OPIAC, es una institución de derecho público y carácter especial indígena sin ánimo de lucro, la cual ejerce una representación política de los pueblos indígenas de la Amazonía Colombiana ante instituciones de orden Nacional e Internacional, su objetivo principal es velar y hacer cumplir los derechos de los pueblos indígenas.
La OPIAC, fue constituida por Congreso en 1995 en Mitú, Vaupés, con la participación de representantes de todos los Pueblos Indígenas Amazónicos de los seis departamentos: Amazonas, Caquetá, Guaviare, Guainía, Putumayo y Vaupés. Desde su creación, se integra a la COICA con el fin de fortalecer la incidencia en el ámbito internacional. Desde su fundación ha tenido un rol protagónico como representante nacional e internacional de los 64 pueblos indígenas ubicados en estos seis departamentos de Colombia, cuatro de ellos fronterizos y cuyas más de 52 lenguas vivas constituyen el 78% de la diversidad lingüística y cultural del país, su misión, es fortalecer y coordinar acciones conjuntas, bajo los lineamientos de la unidad y la colaboración mutua entre todos los pueblos indígenas con el fin de promover de manera participativa su revalorización y reivindicación cultural, la protección de su conocimiento ancestral- tradicional, el respeto de sus autoridades y sus territorios.
Trabajamos para mejorar la calidad de vida en América Latina y el Caribe. Ayudamos a mejorar la salud, la educación y la infraestructura a través del apoyo financiero y técnico a los países que trabajan para reducir la pobreza y la desigualdad. Nuestro objetivo es alcanzar el desarrollo de una manera sostenible y respetuosa con el clima. Con una historia que se remonta a 1959, hoy somos la principal fuente de financiamiento para el desarrollo de América Latina y el Caribe. Ofrecemos préstamos, donaciones y asistencia técnica; y realizamos amplias investigaciones. Mantenemos un firme compromiso con la consecución de resultados medibles y los más altos estándares de integridad, transparencia y rendición de cuentas.
El BID prioriza la inclusión social y la igualdad, la productividad y la innovación, y la integración económica regional en su trabajo de desarrollo a lo largo de América Latina y el Caribe. De este modo, aborda las cuestiones transversales de la igualdad de género y la diversidad, el cambio climático y la sostenibilidad ambiental, y la capacidad institucional y el Estado de derecho.
BID Lab es el laboratorio de innovación del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo. Busca empoderar a las poblaciones pobres y vulnerables y activar nuevos y sostenibles motores de crecimiento inclusivo en América Latina y el Caribe (ALC).
Para ello, BID Lab moviliza financiamiento, conocimiento y conexiones para probar soluciones emprendedoras en etapa temprana y desarrollar los ecosistemas donde éstas pueden prosperar. Como resultado, BID Lab impulsa la inclusión económica y social a escala mediante la creación de puestos de trabajo de calidad, la mejora de la productividad de pequeñas empresas y la ampliación del acceso a servicios esenciales, al tiempo que aborda la crisis climática y las brechas de género y diversidad.
“El pervivir de un sol, es el renacer de un pueblo”
Absalón Arango
Los planes de vida de los pueblos indígenas constituyen la base del ordenamiento territorial y el gobierno propio, orientado por las autoridades ancestrales.
Los sistemas de conocimiento indígena son complejos, ya que su pensamiento es articulador e integral y cada pueblo tiene formas propias de expresar su saber; no obstante, algunos elementos que se pueden encontrar en sus Planes de vida son: la historia de origen, su ley mayor, el entendimiento de la vida, el territorio, la autonomía y el gobierno propio, los principios de la vida en comunidad, el ordenamiento territorial de acuerdo a su pensamiento y criterios culturales, las formas organizativas indígenas, otros aspectos asociados a su salud, educación, economía, etc. Cada Plan de Vida proyecta programas y proyectos coherentes con sus sistemas de conocimiento, los cuales generalmente se socializan en las comunidades y se construyen conjuntamente.
Por lo anterior, se puede decir que los planes de vida de los Pueblos Indígenas, son instrumentos de planeación del desarrollo integral, colectivo y armónico del pueblo indígena con la naturaleza. Están basados en la ley de origen y sus sistemas de conocimiento. A pesar de que, los pueblos indígenas aún son de tradición oral, muchos de ellos han hecho un esfuerzo en plasmar las narraciones, cantos y bailes en documentos que contienen elementos esenciales para su vida.
La Amazonia colombiana cubre una superficie de 476.565 km2, que representa el 41.7% del área continental nacional, y el 6.8% de toda la Amazonia. Es una de las regiones naturales más extensas de Colombia que integra 6 departamentos: Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare Putumayo y Vaupés, aún conserva la mayor parte de sus ecosistemas, aunque en los últimos años se ha venido deteriorando de manera acelerada por la ocupación de tierras y la presencia de grupos armados.
La región es el hogar de más de 64 pueblos indígenas, muchos de ellos aún conservan su cultura, sistemas de conocimiento y practican sus usos y costumbres. Los abuelos y abuelas son claves en el mantenimiento de sus sistemas de conocimiento y la medicina tradicional lo cual es invaluable para la vida humana ya que estos saberes se han compartido milenariamente y permiten el mantenimiento de la armonía hombre – naturaleza – espiritualidad.
La Amazonía colombiana alberga una de las mayores biodiversidades del planeta, con más de 40.000 especies de plantas, más de 1.300 especies de aves y cerca de 500 especies de mamíferos.
Además, es el hogar de especies emblemáticas como el jaguar, el tapir, el delfín, la anaconda y la boa constrictor. En Colombia, el río Amazonas recorre más de 1.700 km, atravesando bosques, sabanas y tierras inundables, y es una fuente importante de alimento y transporte para los pueblos indígenas y las comunidades locales.
La lucha y defensa de los territorios indígenas es un hecho histórico por cuanto el territorio es la unidad fundamental de la vida y cultura de los pueblos indígenas amazónicos, que constituye su memoria colectiva, es su sustento material e inmaterial, reproduce sus sistemas de conocimiento y posibilita su identidad cultural.
En relación con la tenencia de la tierra de los pueblos indígenas en la región se destacan los resguardos, reservas y áreas protegidas, entre otras; que desconocen el principio de origen de los pueblos fracturando su historia y dinámica socio-cultural. No obstante, los pueblos indígenas siguen reivindicando su derecho a la autonomía, la libre determinación y el gobierno propio.
El fondo INDII, tiene como propósito apoyar la elaboración y actualización de los planes de vida de los pueblos indígenas de la región amazónica colombiana, confiados en que de esta forma contribuiremos a mantener la diversidad étnica y cultural a través del fortalecimiento de estos instrumentos de planeación propia que integran sus sistemas de conocimiento, autonomía, gobernanza, autogestión y administración de sus territorios y recursos.
Queremos que los pueblos indígenas, sigan siendo pueblos originarios y que a través de sus sistemas de conocimiento y buen pensamiento continúen su pervivencia como pueblos cultural y socialmente diferentes. Son ellos los que deben determinar y priorizar los programas o proyectos que les gustaría tener en sus territorios, con un concepto de desarrollo propio y no impuesto, como se ha realizado hasta el momento.
Necesitamos que los pueblos indígenas puedan reencontrarse con el pasado histórico y sus leyes de origen. Es momento de aprender de ellos como sociedad, proteger y conservar la selva manteniendo el equilibrio entre hombre – naturaleza y espiritualidad.
El token INDII es un Token No Fungible (NFT) cuyo valor inicial está basado en la valoración del capital natural de mil hectáreas de bosque amazónico presente en los resguardos indígenas. La compra de estos tokens ofrece al público la posibilidad de realizar aportes financieros trazables a proyectos desarrollados por las comunidades.
A nivel geográfico, la solución se basa en dividir el mapa del territorio estudiado en celdas digitales. Estas celdas constituyen las unidades de observación y análisis, y, por tanto, representan la unidad mínima de información sobre una parcela del territorio. Cada celda se registra de forma inalterable como token en una red de blockchain. A este token se le asocia información relativa al valor natural y la evolución del terreno que representa.
Los ingresos generados por dichas ventas contribuyen al fondo y permiten a su vez promover el fortalecimiento y la autonomía de los pueblos y sus organizaciones.
Es importante aclarar que la compra del token no implica ningún tipo de transferencia de propiedad de la tierra amazónica. Más bien este proceso de tokenización se puede considerar un paso innovador en la dirección de reconocer la propiedad de las comunidades indígenas de estos territorios, antes que otros especuladores se apropien de ellos.
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